Deliciosas alcachofas rellenas de berberechos en salsa verde
Mi querida amiga Finuca me ha invitado a participar en el Recetario Mañoso y cuando un amigo te pide con cariño la preparación de una sabrosa vianda tienes que agradecerle esta generosa iniciativa aunque me consta que a mi compañera y amiga bloguera cocinera no le gusta nada que le muestre mi agradecimiento en público y menos en mi cocina, ja,ja,ja 🙂
 
Lo importante en esta vida es ser feliz, compartir tu felicidad con tu familia y con tus amigos y también los buenos y los malos momentos 🙂. Tengo que reconocer que aunque sólo seas un humilde aficionado a la gastronomía, la cocina implica muchos sacrificios pero al mismo tiempo te aporta gratos momentos y la satisfacción de que los ingredientes que has cocinado con mucho cariño también producirán placer y satisfacción en los afortunados comensales.
 
Quiero felicitar no sólo a Finuca sino también a todas las personas que participan en el Recetario Mañoso, entre ellas a Pilar a quien he conocido virtualmente gracias a mi amiga. Las personas que aman a su tierra y son proactivas fomentando y difundiendo con generosidad a través de cualquier medio la defensa de la cocina tradicional de su Comunidad Autónoma, merecen todo mi cariño y admiración personal.
 
He tenido la fortuna de vivir en Zaragoza y puedo afirmar que las gentes de Aragón son buenas personas, gentes amables, sinceras y muy orgullosas de pertenecer a una tierra muy hermosa. Me encanta su gastronomía, uno de mis platos favoritos son las madejas de cordero a la plancha con ajo y abundante perejil picadito,  y que  deciros de la Jota Aragonesa, para un enamorado de la música popular como es este servidor, tengo que confesaros que cuando nuestras gentes cantan una Jota mi corazón late fuerte, con más frecuencia y no me pidáis una explicación razonable de porqué se produce este grato sentimiento.
 
Esta entrada en mi cocina se la dedico con mucho cariño a mi amiga Finuca, a todo el equipo humano del Recetario Mañoso y a todas las buenas gentes de mi querida Zaragoza y de Aragón que forman parte de Un país que está para comérselo.

 

Ingredientes para 6 personas:

 
20 hermosas alcachofas.
1 kilo de berberechos de nuestras Rías Gallegas.
2 cebollas medianas.
2 dientes de ajo rojo.
Un hermoso manojo de perejil.
1/2 vaso de vino de Rueda Solera o un buen vino blanco.
Fumet de pescado.
3 huevos caseros.
Harina.
Sal.
Aceite de oliva virgen extra.
 
Preparación:
 


1º.- Sumergimos los berberechos en abundante agua fría con dos puñados de sal gruesa durante una hora para que suelten la posible arenilla que tengan en su interior.
1 kilo de hermosos berberechos que he comprado en la Plaza de Lugo (A Coruña)

 

2º.- Limpiamos cada alcachofa arrancando las hojas exteriores más duras y con un pequeño cuchillo reducimos la parte más leñosa del pedúnculo. A medida que las vamos limpiando las vamos sumergiendo en agua fría en la que previamente hemos introducido un generoso ramo de perejil. Yo tampoco les he añadido zumo de limón en esta ocasión porque ya he tenido la experiencia de hacerlo y no me ha gustado el sabor ácido que le aporta a esta deliciosa hortaliza. 
3º.- Cocemos en agua hirviendo las alcachofas con un ramo de perejil, un puñado de sal gruesa y un chorro de aceite de oliva virgen extra durante 25 ó 30 minutos.
4º.- Escurrimos bien el agua de las alcachofas y las situamos para que se vayan enfriando sobre una fuente amplia.
5º.- Mientras hemos realizado las mencionadas tareas, hemos preparando una sabrosa salsa verde con las dos cebollas troceadas en brunoise, los dos dientes de ajo y abundante perejil bien picaditos, una cucharada de harina, el vino de Rueda Solera y el fumet de pescado.
6º.- Abrimos los berberechos en una olla al vapor en su propia agua.
7º.- Quitamos la pelusilla de las alcachofas con un sacabocados y rellenamos una a una con varios berberechos, 3 ó 4 según su tamaño. Yo he sido más generoso 🙂.
8º.- Batimos muy bien los huevos y situamos la harina en otro plato para comenzar a rebozar las alcachofas.
9º.- Rebozamos cada alcachofa en harina con mucho cariño para no romperlas.
10º.- Posteriormente, rebozamos cada alcachofa en abundante huevo bien batido.
11.- En un cazo calentamos abundante aceite de oliva virgen extra y cuando este bien caliente  7-8 en vitro, comenzamos a freír las alcachofas y sus pedúnculos por grupos de 2 ó 3 hasta que el huevo nos muestre un bonito color dorado.

12º.- Situamos las alcachofas sobre papel absorbente de cocina.

13º.- Emplatamos para cada comensal 3 ó 4 alcachofas napando con un poco de salsa verde.
 
Esta deliciosa y saludable hortaliza se merece un cariño especial así que yo os invito a leer sin prisa alguna la entrada (post-Recetario Mañoso) y la receta que Finuca le ha dedicado a la alcachofa en su blog denominado » Las recetas de Finuca «.
 
Yo simplemente le dedicaré una vez más a la alcachofa de tierno corazón verde este bello poema que Pablo Neruda le dedicó a esta singular, deliciosa y saludable hortaliza: 
 

 

La alcachofa
de tierno corazón
se vistió de guerrero,
erecta, construyó
una pequeña cúpula,
se mantuvo
impermeable
bajo
sus escamas,
a su lado
los vegetales locos
se encresparon,
se hicieron
zarcillos, espadañas,
bulbos conmovedores,
en el subsuelo
durmió la zanahoria
de bigotes rojos,
la viña
resecó los sarmientos
por donde sube el vino,
la col
se dedicó
a probarse faldas,
el orégano
a perfumar el mundo,
y la dulce
alcachofa
allí en el huerto,
vestida de guerrero,
bruñida
como una granada,
orgullosa,
y un día
una con otra
en grandes cestos
de mimbre, caminó
por el mercado
a realizar su sueño:
la milicia.
En hileras
nunca fue tan marcial
como en la feria,
los hombres
entre las legumbres
con sus camisas blancas
eran
mariscales
de las alcachofas,
las filas apretadas,
las voces de comando,
y la detonación
de una caja que cae,
pero
entonces
viene
María
con su cesto,
escoge
una alcachofa,
no le teme,
la examina, la observa
contra la luz como si fuera un huevo,
la compra,
la confunde
en su bolsa
con un par de zapatos,
con un repollo y una
botella
de vinagre
hasta
que entrando a la cocina
la sumerge en la olla.
Así termina
en paz
esta carrera
del vegetal armado
que se llama alcachofa,
luego
escama por escama
desvestimos
la delicia
y comemos
la pacífica pasta
de su corazón verde.

 
Os deseo un feliz fin de semana amigos.
 
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