Caldo de nabizas

El pasado día 7 de julio de 2007–¡hermosa fecha!–después de cenar en familia unas sabrosas sardinas y churrasco de costilla de cerdo a la brasa, Carmen, la suegra de mi cuñado Chisco, tan cariñosa y generosa como siempre, me ofreció un plato de nabizas al que no pude resistirme. ¡Sí! ya sé que estamos en verano pero a un buen plato de caldo gallego no hay quien se pueda resistir.

Como ya sabéis, las nabizas y los grelos son las hojas del nabo. Las nabizas son las primeras que aparecen y, por lo tanto, resultan más tiernas, mientras que los grelos crecen posteriormente, cuando la planta desarrolla los brotes y se prepara para ‘grelar’ o florecer.

Según me comenta Carmen, el caldo de nabizas está más sabroso si se le añade el “ojo del grelo” que si no me equivoco es la parte inferior del tallo central que observáis en la fotografía.

Nabizas frescas, sal (poca), unto, un puñado o dos de habas secas–previamente en agua toda la noche anterior (remojo)–, insuperables patatas gallegas, uno o dos chorizos, un hueso salado de cerdo y un hueso de rico jamón son entre otros los ingredientes que os harán sonreír si los ponéis a cocer lentamente y con cariño. A mí personalmente, las nabizas o los grelos con un poquito de unto, habas y patata me encantan y sobre todo me sientan de maravilla.

¡Feliz fin de semana!.

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