No me extraña que nuestra querida amiga Pili nos llamara desde la bonita plaza de abastos de Bueu para ofrecernos un par de pulpos frescos-más frescos imposible- de 2 kilos de peso cada uno de ellos que estaban vivos en el momento en que ella me enviaba por WhatsApp las fotografías. La lonja de Bueu es una de las empresas gallegas asociadas a la marca pescadeRías,  marca que garantiza y certifica  la excelente calidad de los productos -pescados y mariscos- del mar de nuestras costas gallegas. Os invito a visitar esta plaza de abastos por la excelente calidad y la frescura de sus productos así como a su lonja.

Compartiendo felices momentos con el maestro Alfonso Díaz en la Plaza de abastos de Bueu.

Hoy comparto con vosotros una sencilla forma de cocinar el pulpo. El pulpo á feira o «polbo á feira» es la forma más emblemática de cocinar el pulpo por estas tierras del Atlántico, a mí personalmente es como más me gusta pero no debéis olvidaros de que las formas de preparación de este cefalópodo son múltiples y variadas. Sin ir más lejos, a la mugardesa es una de ellas, y bien buena que estaba la jibia o sepia a la mugardesa que os he cocinado virtualmente hace pocos días. Ya os cocinaré el pulpo de esta forma porque también está exquisito.

Sin más dilación vamos con la receta y forma de preparación del pulpo á feira:

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Ingredientes:

1 pulpo de 2 kilos de Bueu de pescadeRías que previamente hemos limpiado sin quitarle los ojos y congelado durante un par de semanas.
Una cebolla mediana.
4 patatas de Coristanco (opcional).
Una hojita de laurel (opcional).
Pimentón agridulce y picante de La Vera.
Sal gruesa.
Aceite de Oliva Virgen Extra (A.O.V.E).
Agua.

Preparación: Comenzamos descongelando el pulpo en la parte inferior del frigorífico el día anterior, lo lavaremos muy bien con abundante agua fría y reservamos. En una cazuela grande añadimos abundante agua fría hasta la mitad y la ponemos a calentar a fuego fuerte hasta que comience a hervir añadiéndole 1 cebolla y una hojita de laurel (opcional).

Cuando el agua hierva con fuerza -«a tope»- introduciremos el pulpo sujetándolo firmemente por el orificio donde tenía la boca (pico de «loro») que hemos extraído de manera que este orificio quede hacia el exterior. No es necesario escaldar el pulpo con las «tres» veces que la tradición popular nos aporta. No es recomendable extraerle los ojos – (recomendación de un pescadero de la Plaza de Lugo)- para que la piel del pulpo no se rompa durante la cocción por esta zona.

Cuando el agua recupere el punto de ebullición con fuerza una vez más, mantendremos al pulpo cociendo con la tapa de la cazuela puesta durante 25 minutos. Transcurrido este tiempo, apagaremos el fuego, retiraremos la cazuela del mismo y mantendremos al pulpo reposando durante 10 o 15 minutos según os guste su textura más o menos tierna. Esta es una opción muy personal y subjetiva, en mi caso lo he dejado sólo 10 minutos nada más dado que en casa no nos gusta la carne del pulpo con textura muy blanda.

Una vez que el pulpo haya reposado los 10 minutos lo retiramos del agua y lo dejamos escurriendo sobre un bol invertido dentro de otro recipiente. Observad las fotografías inferiores.

Mientras tanto, cocemos durante 20 minutos a fuego medio unas patatas de Coristanco en rodajas de 1 cm de grosor en el agua donde previamente hemos cocido el pulpo con un poco de sal.

Sobre una fuente amplia situaremos a las rodajas de las patatas cocidas y escurridas rociándolas con unas 5 cucharadas del agua de su cocción. Comenzamos a cortar sobre ellas y con una buenas tijeras afiladas los brazos del pulpo en trozos no excesivamente pequeños -sean ustedes generosos carallo….jajajajaja-, rociamos a nuestro gusto con sal gruesa o entrefina, pimentón agridulce y picante de La Vera y abundante A.O.V.E.

Emplatamos sobre platos de madera calientes que previamente hemos mantenido sumergidos en el agua caliente de la cocción del pulpo o en platos normales sino disponemos en casa de los mismos.

Hemos maridado este plato rico con un vino espumoso de Galicia (escumoso) CHRIS de Bodegas Fragamoura que estaba estupendo. Muchas gracias Miguel por este obsequio; ¡qué rico!.

Nota: Transcurridos los 25 minutos de cocción es recomendable pinchar el pulpo con una brocheta de madera para comprobar que está cocido, en caso contrario lo mantendremos cociendo 5 minutos más.

Os dejo disfrutando virtualmente del paso a paso de esta receta, de este plato delicioso qué tanto nos gusta en casa.

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Comenzamos descongelando el pulpo en la parte inferior del frigorífico el día anterior, lo lavaremos muy bien con abundante agua fría y reservamos. En una cazuela grande añadimos abundante agua fría hasta la mitad y la ponemos a calentar a fuego fuerte hasta que comience a hervir añadiéndole 1 cebolla y una hojita de laurel (opcional).

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Cuando el agua hierva con fuerza -«a tope»- introduciremos el pulpo sujetándolo firmemente por el orificio donde tenía la boca (pico de «loro») que hemos extraído de manera que este orificio quede hacia el exterior. No es necesario escaldar el pulpo con las «tres» veces que la tradición popular nos aporta. No es recomendable extraerle los ojos – (recomendación de un pescadero de la Plaza de Lugo)- para que la piel del pulpo no se rompa durante la cocción por esta zona.

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Cuando el agua recupere el punto de ebullición con fuerza una vez más, mantendremos al pulpo cociendo con la tapa de la cazuela puesta durante 25 minutos. Transcurrido este tiempo, apagaremos el fuego, retiraremos la cazuela del mismo y mantendremos al pulpo reposando durante 10 o 15 minutos según os guste su textura más o menos tierna. Esta es una opción muy personal y subjetiva, en mi caso lo he dejado sólo 10 minutos nada más dado que en casa no nos gusta la carne del pulpo con textura muy blanda.

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Una vez que el pulpo haya reposado los 10 minutos lo retiramos del agua y lo dejamos escurriendo sobre un bol invertido dentro de otro recipiente. Observad las fotografías inferiores.

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Sobre una fuente amplia situaremos a las rodajas de las patatas cocidas y escurridas rociándolas con unas 5 cucharadas del agua de su cocción. Comenzamos a cortar sobre ellas y con una buenas tijeras afiladas los brazos del pulpo en trozos no excesivamente pequeños -sean ustedes generosos carallo….jajajajaja-, rociamos a nuestro gusto con sal gruesa o entrefina, pimentón agridulce y picante de La Vera y abundante A.O.V.E.

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Emplatamos sobre platos de madera calientes que previamente hemos mantenido sumergidos en el agua caliente de la cocción del pulpo o en platos normales sino disponemos en casa de los mismos.

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Hemos maridado este plato rico con un vino espumoso de Galicia (escumoso) CHRIS de Bodegas Fragamoura que estaba estupendo. Muchas gracias Miguel por este obsequio; ¡qué rico!.

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Sobran las palabras, os dejo disfrutando de unas apetitosas fotografías que forman parte de gratos momentos que hemos compartido con miembros de la Peña Deportivista Tatone «El Flaco» donde el pulpo á feira o polbo á feira fue uno de los actores principales gastronómicos de la agradable comida en el campo y posterior sobremesa en la que no faltó de nada, buen ambiente, buenos amigos, churrasco, buen pan artesano gallego, canciones tradicionales y buen vino.

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Este post o entrada en mi cocina se lo dedico con cariño a nuestro amigo Miguel de la Cervecería Tatone en A Coruña y a todas y a todos los socios de la Peña Deportivista Tatone «El Flaco».

Actualización en imágenes para el grato recuerdo 10/10/2016.

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