Después de comer unas sabrosas parrochitas (parrocha),unos jurelitos fritos con patatas cocidas y una rica ensalada se me ocurrió preparar unos hijuelos de postre y no me preguntéis cual ha sido la razón.
Recuerdo con cariño nuestra última visita a mi querida Salamanca y este sencillo postre que nos encantó.
Tres cucharadas soperas de harina, un poquito de sal, medio vaso de agua tibia, aceite de oliva virgen extra de Córdoba y dulce de higos han sido suficientes ingredientes para degustar un postre rico, rico, muy sencillo de preparar para «estos tiempos» y que os encantará.
He utilizado papel absorbente de cocina para reducir el exceso de aceite y dado que no tenía miel en casa de nuestros amigos, he añadido sobre los hijuelos un poco de dulce de higos a nuestro gusto.
Por supuesto que los hijuelos no estaban tan ricos como en el  Complejo de Turismo Rural Ríomalo, en las Hurdes, Cáceres, Extremadura. pero todo será cuestión de practicar –como todo en la vida– y de conseguir la textura justa que nos proporcione la mezcla de la harina y el agua tibia.
Hijuelos. Según nos comentó Raúl Muriano, los hijuelos se preparan con harina, agua tibia y un poquito de sal. Se fríen en aceite, y se rocían con miel, así que sólo puedo deciros que no os los perdáis si os animáis a visitar el Complejo de Turismo Rural Riomalo, en las Hurdes,Cáceres, Extremadura.
Cuando se comparte se gana así que confío y deseo que os haya gustado este sencillo y sabroso postre de nuestra cocina tradicional.