¡Nos están observando!
Cuando observé este simpático conjunto de calabazas realizadas por las niñas y niños de educación de infantil y primaria, del centenario colegio Eusebio da Guarda en A Coruña, a mi memoria llegaron los gratos recuerdos de cuando era niño y ¡cuanto disfrutaba! haciendo travesuras, en compañía de mis amigos de la calle Juan Castro Mosquera, querido barrio en donde nací hace ya más de medio siglo.

Una de estas trastadas consistía en primer lugar, en quitar los fusibles (los plomos) que estaban situados en el exterior de las viviendas de aquellas vecinas, que se dedicaban a reprendernos todos los días, cuando jugábamos en el barrio y a escupir al mismo tiempo sobre las bombillas que iluminaban las escaleras que daban acceso a las mismas, con la finalidad de que el entorno quedase en la más absoluta oscuridad. En segundo lugar, vaciábamos las calabazas y les dábamos el aspecto más terrorífico que podíamos, situándolas en ausencia de las interesadas, en los rellanos de las escaleras y colocando en su interior una vela encendida. ¡Pobres paisanas!, los sustos que debieron llevarse más de una.

Está próximo el Samaín y me gustaría felicitar con todo cariño, a todos los padres y alumnos del colegio Eusebio da Guarda que con su sana y constructiva creatividad han contribuido a diseñar estas bonitas y simpáticas calabazas, cuya finalidad no va a dirigirse con toda probabilidad a la preparación de una rica sopa y afortunadamente a llevar a cabo ninguna trastada.

Carpe diem