Este verano, mi familia y yo fuimos a visitar la hermosísima y singular playa de «Las Catedrales» en el término municipal de Barreiros en la provincia de Lugo.
Con un día completamente gris pero con una temperatura de 20ºC y sin ninguna brisa marina, disfrutamos paseando por la arena y además el agua del mar estaba estupenda de temperatura curiosamente, cuando estas aguas son ¡muy!, pero que ¡muy frías!.
Os envío esta hermosa fotografía de este singular y precioso lugar, aunque la marea estaba bastante alta y no pude obtener con mi cámara las imágenes más bonitas — están la final de la playa — dado que esto sólo se consigue cuando la bajamar es total y especialmente cuando hay mareas vivas.
Como curiosidad, he de informaros que si en alguna ocasión tenéis la oportunidad y la fortuna de visitar esta hermosa playa y su paseo marítimo podréis observar in situ sobre las rocas, una gran cantidad de percebes — ¡ está prohibido mariscar ! — sobre todo al final del arenal en ambas direcciones, partiendo de la escalinata que da acceso a estas bellísimas formaciones rocosas situadas en una zona donde por cierto se come muy bien.
Percebes1Percebes entre las grietas en los acantilados de las Catedrales

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Los percebes que destacan por sus hermosos colores, reducido tamaño y que están entre las grietas de las rocas de los acantilados de la playa de las Catedrales — » percebes de sol» –, son los auténticos y sabrosísimos percebes -(aún pequeñitos)- de mi tierra (Galicia).

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A lo mejor es que yo tengo mucha imaginación pero en esta fotografía si observáis con atención, podemos distinguir que los percebes están incrustados o adheridos al cuerpo de una «persona» — cuerpo o torso masculino;¿ o tal vez femenino ? — que destaca sobre una silueta que le otorga el color malva de la piedra en la grieta y que está con los brazos en cruz un poco elevados por encima de la horizontal: ¿Alguno de vosotros está de acuerdo conmigo?.
Fijaros bien en la ¡ exclamación de la simpática turista ! -(Subid el volumen de los altavoces y ver el Vídeo)- cuando al tocar un percebe observó que éste a través de la uña le mostraba unas amenazantes branquias en forma de una especie de tentáculos, para colmo un servidor aprovecho la ocasión para gastarle una broma asustándola un poquillo más.
Tenedlo en cuenta: «Los percebes se comen con los dedos«; aunque a veces nos den algún que otro susto.
Dicen que «el que la sigue la consigue», así que os envío el tenor literal de la contestación que me ha aportado mi compañero Paco que es biólogo, con la finalidad de que sepáis que las fotografías que os he enviado en el reportaje sobre la curiosa variedad de percebes que observáis en la fotografía, vídeo incluido, corresponden a la variedad denominada Lepas anatífera especie de escaso valor gastronómico.
Tenor literal:
Tal y como suponía, la fotografía y vídeo que me envías corresponden a una piña de percebes cuello de ganso o percebes ganso. Su nombre científico es «Lepas anatifera» (Vídeo). Se trata de una especie cosmopolita (presente en todos los mares del mundo, excepto en los polares) que vive fija a todo tipo de objetos flotantes.
Llega a formar piñas de miles de individuos y su largo pedúnculo llega a medir 90 cm. En los individuos adultos el capítulo (la parte del animal correspondiente al cuerpo cubierto de placas dérmicas duras) mide 5 cm. Los percebes cuello de ganso, al igual que los percebes verdaderos , los que nos comemos los gallegos, son crustáceos pertenecientes a la Clase de los Cirrípedos. Existe un gran número de leyendas relacionadas con los supuestos poderes mágicos de los percebes. Y la mayor parte de ellas hacen referencia a las propiedades afrodisíacas que se atribuían al famoso marisco.
Enrique el Bearnés, rey de Francia, creía las historias de este tipo y fundó la Cofradie de l´Operne, una orden gastronómica dedicada a la degustación del percebe. Se dice que las primeras reuniones siempre acababan en uno de los más reputados burdeles de París.Pero otras leyendas hacen mención la forma de vida de los percebes. Destaca la que fue recogida de la tradición oral popular por el mismísimo Shakespeare. Cuenta esta leyenda que un buen día, un grupo de percebes se quejó ante el dios del mar por tener que estar siempre fijos a la roca, sin poder moverse. El dios decidió darles una oportunidad de viajar y los convirtió en gansos que salieron volando de entre las olas. Viajaron por distintos países, pero lo que vieron no les gustó demasiado, así que decidieron volver a Inglaterra para establecerse definitivamente.
A partir de entonces los británicos llamaron «barnacles» (percebes) a los gansos marinos .
La parte del cuerpo que los percebes utilizan para fijarse a las rocas es en realidad una prolongación de su cabeza, y no una parte del pie como normalmente se cree. En esta región tienen una glándula especial que segrega una sustancia adherente con la que se pegan al sustrato.Las placas del caparazón sirven para proteger la cabeza y el cuerpo. Las patas sobresalen del caparazón, y el percebe las utiliza para atraer la comida hacia su boca, situada en el fondo de un pequeño embudo.»