Fabes con andaricas o fabas con nécoras.
Como ya os había comentado en Instagram, por estas costas del Atlántico nos podemos permitir el lujo en verano de degustar sabrosos platos marineros que enamoran como el que hoy comparto con vosotros.
Amigos asturianos ya me habían propuesto cocinar este plato en varias ocasiones pero realmente han sido Manuel – ahijado de María- y Rosa quienes me han motivado para cocinar estas “fabes con andaricas” después de que ellos las hubieran degustado previamente en un restaurante en Asturias. A ellos va dedicada esta receta con cariño porque cuando se comparte se gana.
Para cocinar este plato os recomiendo unas excelentes fabas frescas de temporada. Las fabas frescas de A Laracha las compro todos los años y las congelo en bolsas de medio kilo. De esta forma podemos disfrutar de ellas cuando las circunstancias son propicias para ello como así ha sido en esta ocasión.
Para la preparación de este plato exquisito de nuestra querida cocina tradicional he seguido las recomendaciones (receta) de Manuel y he aportado mi toque personal.
Vamos a ello, confío en que os animéis a cocinar este plato rico, rico y ya nos comentaréis vuestras experiencias entre fogones.
Ingredientes:
1 kg de fabas frescas (congeladas) de temporada de Paiosaco (A Laracha).
800 gramos de andaricas vivas (nécoras de Galicia).
2 cebolletas.
1 cebolla del país.
3 dientes de ajos morados.
1 sobrecito de azafrán puro.
1 hoja de laurel (opcional).
1 ramillete generoso de perejil.
1 guindilla roja (picante a vuestro gusto).
Fumet de pescado -sabor suave- casero.
Txakoli ADOS de Bodegas Basarte.
Aceite de Oliva Virgen Extra (A.O.V.E).
Pimentón agridulce y dulce de La Vera. (1/2 cucharadita de pimentón dulce y agridulce al 50%).
Sal fina.
Preparación:
Comenzamos cubriendo un poquito las fabas -fabes en Asturias- de Paiosaco con el fumet de pescado y sólo el agua necesaria. Añadimos a la cazuela una cebolla del país en cuartos, un buen ramillete de perejil fresco, una hoja de laurel y un poco de A.O.V.E. Recordad, no añadimos sal hasta que las fabas están tiernas. Cuando queden unos 10 minutos de cocción para que las fabas estén en su punto retiramos dos cazos del caldo de su cocción y reservamos.
Cocinamos a fuego lento -3-4 en vitro- las fabas entre 30-40 minutos hasta que estén en su punto. Durante la cocción asustaremos varias veces -2 o 3- a las excelentes legumbres con un poquito de agua fría.
Partimos cada una de las nécoras vivas a la mitad y las reservamos sobre un plato.
Añadimos un poco de A.O.V.E a nuestra cacerola baja BRAINFINITY y comenzamos calentando el aceite a fuego lento. Picamos las dos cebolletas y los ajos en brunoise y posteriormente comenzamos a pochar nuestros ingredientes con una pizca de sal fina a fuego medio -4 o 5 en vitro- durante unos 5 minutos.
Incorporamos las nécoras volteando cada mitad con cuidado para que suelten parte de sus sabrosos jugos durante un par de minutos y las retiramos a un plato.
Añadimos el pimentón, el azafrán y transcurridos unos segundos vertemos un dedo de Txakoli y subimos la temperatura del fuego hasta que se consuma el alcohol del vino.
Incorporamos nuevamente las nécoras, vertemos los dos cazos del caldo caliente de las alubias y cocemos a fuego lento las nécoras durante 4 minutos más. Retiramos las nécoras a un plato y rociamos las fabas con la sabrosa salsa cuando falten aproximadamente unos 8 minutos más o menos. Rectificamos el punto de sal de las fabas si fuera necesario.
Para finalizar el plato, vertemos sobre la cacerola baja las fabas -les hacía falta espacio-, una crema que hemos obtenido machacando los restos de la cebolla cocida, una pizca de sal gruesa y algunas fabas -la finalidad es espesar la salsa- y las nécoras. Mantenemos la cocción a fuego lento durante 6 minutos más.
Apagamos el fuego, dejamos reposando 5 minutos las fabas con las nécoras y servimos a nuestros comensales.
Maridamos el plato con este estupendo Txakoli que compramos en la propia BodegaaDosBasarte.
Un plato exquisito que os animo a cocinar a fuego lento en vuestras cocinas cuando dispongáis de una ocasión o una disculpa provocada por la ausencia de buen tiempo en estos días de verano.
Os deseo felices días de verano amigos.