Eran aproximadamente las 12:15 horas de este sábado gris y llovía mucho en Coruña. María me propuso cocinar un rico pescado en caldeirada o al horno  y confieso que no tenía ninguna esperanza de encontrar en la Plaza de Lugo pescado en abundancia teniendo en cuanto el mal tiempo que hemos padecido durante esta última semana por estas tierras. Mira tú por donde –paradojas de la vida en el camino-, los puestos de pescado y de marisco en la Plaza de Lugo estaban rebosantes de todo tipo de especies y entre ellas mis ojos se centraron en un pescado que hacía muchos años que no degustaba. Sí queridos amigos, el besugotenía un «precio aceptable»-un día es un día- que rondaba entre los 18 € y 20 € el kilo teniendo en cuenta el precio excesivo y prohibitivo que había alcanzado las pasadas fiestas navideñas y que llego a superar los 50 € el kilo en A Coruña.
Compramos un besugo de un kilo, trescientos gramos para tres personas y hoy deseo compartir con vosotros esta sencilla receta para demostraros una vez más que la cocina tradicional es la mejor de las cocinas dado que no necesita de excesivos adornos “barrocos” para permitirnos degustar y disfrutar de los exquisitos  manjares que nos ofrecen aún nuestros generosos océanos y mares.
 
Recuerdo que en casa de mis padres, mi madre cocinaba el besugo con relativa frecuencia y también aquellos deliciosos e insuperables panchitos (besugos pequeños) que mi padre pescaba-y yo con él en alguna oportunidad- con tripa de parrochitas (sardina pequeña) por la zona de Orillamar  hacia el mar y la Playa de San Amaro en La Ciudad de Cristal (zona de la Torre de Hércules). Recuerdo que lanzábamos el sedal con cinco anzuelos al mar y a los pocos segundos nuestras cañas vibraban por la tensión que ofrecían aquellos exquisitos y pequeños pescaditos de menos de 15 centímetros de longitud y que nunca más he vuelto a degustar desgraciadamente.
Bueno, me estoy enrollando demasiado así que vamos con la receta queridos amigos:
El resultado ha sido excelente y os animo a cocinar este exquisito pescado en familia.

Un besugo de 1 kilos 300 gramos que hemos degustado y compartido en familia en este sábado lluvioso en La Ciudad de Cristal, un pescado exquisito que no necesita nada más que un poquito de cariño al calor de nuestros fogones para sorprendernos por su agradable textura y rico sabor.
Ingredientes para tres o cuatro personas:
 
Un besugo fresco de 1 kilo 300 gramos.
5 ó 6 patatas gallegas.
Tres cebollas medianas.
1/4 de pimiento rojo en tiras.
1 pimiento italiano en rodajas.
2 dientes de ajo rojo en rodajas.
Aceite de oliva virgen extra.
Tres o cuatro cucharadas soperas de Vino de Rueda Solera.
Tres trocitos de mantequilla (ver fotografía).
Abundante perejil bien picadito.
Sal.
Preparación:
1º.- Comenzamos pelando y cortando las patatas en rodajas de medio centímetro más o menos y dorándolas ligeramente en abundante aceite de oliva virgen extra. Al mismo tiempo, cortamos las cebollas, el pimiento rojo y verde y los ajos en rodajas y pochamos nuestras hortalizas a fuego lento con un poquito de sal y aceite de oliva virgen extra durante unos 5 ó 7 minutos. Posteriormente, añadimos el Vino de Rueda Solera y continuamos salteando nuestros ingredientes hasta que se consuma el alcohol de este sabroso y aromático vino que es un fiel aliado gastronómico en mi humilde cocina de aficionado a estos menesteres.
2º.- Limpiamos bien el besugo de escamas con agua fría y lo secamos muy bien con un paño limpio de cocina. Le añadimos sal por dentro y por fuera y un buen chorro de aceite de oliva virgen extra y lo situamos sobre una amplia fuente de horno (fotografía superior).
3º.- A continuación, distribuimos las verduras y las ricas patatas fritas alrededor del besugo, incorporando unas rodajas de limón y tres trocitos pequeñitos de mantequilla como podéis observar en las fotografías superiores.
4º.- Precalentamos el horno convencional-calor en la parte superior e inferior sin aire caliente- a 200º C e introducimos la fuente con el besugo durante unos 30 minutos regando con su jugo cada 10 minutos. Una excelente referencia para observar si el pescado está en su óptimo punto de asado es el color blanco que presentará el ojo del besugo como podéis apreciar en la fotografía superior. Para finalizar, espolvoreamos abundante perejil bien picadito sobre nuestros ingredientes.
Una pequeña recomendación, sugerencia o licencia que me permito con vuestro permiso es que no cortéis nunca los pescados por su parte superior dado que el riesgo de que la carne se pase de su punto óptimo de asado será mayor, así lo siento, lo he comprobado y lo expreso con cariño y sin acritud alguna.
No soy muy partidario de añadir tomate ni limón a los pescados pero estoy de acuerdo con mi esposa María que las rodajas de limón -sin exprimir- situadas sobre y alrededor del besugo le aportan un agradable toque amargo, aromático y sabroso a este singular y emblemático pescado de nuestra cocina tradicional.
Un pescado excelente que he cocinado con cariño y que estaba tierno, muy rico, jugoso y para chuparse los dedos. Mi hija María no ha podido disfrutar de este rico pescadito en el día de hoy dado que está estudiando con tesón pero prometo que cuando tenga una oportunidad se lo cocinaré con mucho cariño una vez más.
Un sabroso y afrutado vino con D.O.Ribeiro denominado Gran Reboreda ha estado presente en nuestra mesa para maridar como se merece a este delicioso pescado. 
Rico, rico, rico besuguito si Dios quiere estarás presente en nuestra mesa para degustar, disfrutar y compartir tu singular textura y exquisito sabor.
Queridos amigos de la comunicación virtual, os deseo un feliz fin de semana y que la salud y la fuerza os acompañen siempre a lo largo del camino.