¿A quién no le gusta un bocata de calamares recién fritos?. Hay aromas y sabores que a una gran mayoría de nosotros nos estimulan el apetito de una forma muy directa e inmediata.

Los bocadillos de calamares fritos al igual que los huevos fritos con patatas fritas son platos muy apreciados de nuestra cocina tradicional que gustan a niños y a mayores, son ricos alimentos que normalmente asociamos a los gratos recuerdos que hemos disfrutado en nuestra niñez, juventud y madurez -que sea durante muchos años más- y que hemos compartido en el camino con familiares, amigos y compañeros en diversas circunstancias y entornos diferentes.

Hoy comentaba y recordaba con añoranza en la cocina de casa de mi suegra Ángeles con María y con su prima Lita el aroma y el sabor de aquellos bocatas de calamares del palacete (quiosco) de la Plaza de Orense en A Coruña. Es una pena pero a día de hoy ya no podemos disfrutar de aquellos apetitosos bocadillos de calamares fritos y del agradable aroma que percibíamos cuando paseábamos cerca de este paradigmático lugar de nuestra ciudad actualOficina de atención al público del Excmo. Ayuntamiento de A Coruña.
Afortunadamente aún existen en nuestra ciudad muchos establecimientos donde podemos degustar exquisitos calamares fritos pero hoy le dedicaré esta entrada con especial cariño a nuestra amiga Marta que está al frente deLa Casa del pescadito en la Plaza de María Pita en A Coruña donde podéis degustar sin duda alguna entre otros platos unas exquisitas raciones o bocadillos de calamares fritos.
Sin más prolegómenos ni referencias a nostalgias del pasado y antes de presentaros la sencilla receta para freír, degustar y disfrutar en vuestras casas unos exquisitos bocatas de calamares fritos, comparto con vosotros esta apetitosa imagen de calamares de la ría fritos en aceite de oliva virgen extra para que os animéis a continuar leyendo esta entrada en mi cocina.

 Ingredientes: 1 kilo de calamares de nuestras afortunadas Rías Gallegas, aceite de oliva virgen extra, harina, sal, agua fría y pan artesano.

Preparación:
1ª.- Le compré a Ángela en la Plaza de Lugo un kilo de excelentes calamares frescos de la ría a un precio razonable, jajajaja (17€/kilo); fuera bromas, unos calamares excelentes que ella misma limpió -quitarles la piel- con un arte «que no se pué aguantar». Al llegar a casa, limpié detenidamente los dos calamares los sequé muy bien y los corté en anillas de la sección que podéis observar en las siguientes fotografías.
2º.- Siguiendo las recomendaciones que Marta –La Casa del Pescadito–  había compartido con María y conmigo hace bastante tiempo, María y yo les añadimos sal y enharinamos las anillas de los calamares una vez, rociamos sobre ellas unas gotitas de agua fría con las manos, enharinamos una segunda vez y eliminamos el exceso de harina auxiliándonos con un colador de cocina como podéis observar en la fotografía superior.
3º.- Si los calamares tienen que ser excelentes, el aceite que vayamos a utilizar para freírlos también debe ser un aceite de oliva virgen extra de calidad. Creo que es recomendable que utilicéis un cazo para no gastar en exceso demasiado aceite pero lo dejo a vuestro criterio personal. El aceite ha de estar bien caliente -7 u 8 en vitro- e iremos friendo pequeños grupos de calamares hasta que adquieran un bonito color dorado.
4º.- Retiramos con una espumadera los calamares fritos y los situamos sobre papel absorbente de cocina en una fuente.
Es imposible resistir la tentación y no probarlos antes de llevarlos a la mesa.
 5º.- Preparamos un bocata de calamares recién fritos a nuestro gusto y acompañado de un buen vaso de vino blanco gallego -Godello o Albariño- o una cerveza Estrella Galicia bien fría disfrutaremos de un plato exquisito aderezado de gratos recuerdos.
 
Bocata de calamares fritos que se puede compartir; ¿sí?…
No tenía en casa limones en este momento pero sí tenía alguna lima así que pudimos disfrutar de unos exquisitos calamares fritos en familia compartiendo gratos recuerdos que siempre nos han aportado muchos establecimientos singulares de nuestra ciudad como el palacete (quiosco) de la Plaza de Ourense en A Coruña.
Con esta entrada en mi cocina, os deseo a todos de corazón una Feliz Nochebuena, una Feliz Navidad, un Feliz fin de año y un Feliz año 2014 rebosante de salud, felicidad y sobre todo de muchos puestos de trabajo para todos, especialmente para los más jóvenes y para tantas y tantas familias españolas que lo están pasando mal, francamente muy mal desde hace varios años.
Como solemos decir por estas tierras del noroeste de España, «nunca choveu que non escampara«.»