Es mucho más que una fiambrera
«No hay concepto sin afecto» y buena prueba de ello es que cometería un error imperdonable si me limitara a definir a la fiambrera con el sencillo significado que le otorga el Diccionario de la lengua española en su acepción segunda: « 2. f. Cacerola, ordinariamente cilíndrica y con tapa bien ajustada, que sirve para llevar la comida fuera de casa».
Hacía mucho tiempo que deseaba dedicarle una entrada (post) en Gastronomía en verso a la fiambrera Magefesa y mis queridas hermanas y hermanos sabrán muy bien de lo que estoy hablando, especialmente mi hermana Yolanda que es quien conserva desde hace más de 40 años – seguro que son muchos más- una de las fiambreras -fotografía superior- donde nuestra querida madre al igual que muchas madres españolas transportaba la comida que posteriormente disfrutaríamos en familia muy cerca de la orilla del mar o de la ribera de un bonito río de nuestra querida tierra.
Recuerdo con cariño a nuestro padre » buscándose la vida » haciendo espacio en el maletero delantero del Seat 600- rueda de repuesto incluida- donde viajábamos cada fin de semana de verano hacia las playas de Bastiagueiro o de Santa Cruz en A Coruña los cuatro hermanos pequeños que ya quedábamos en casa, las dos gemelas, Beatriz y Yolanda y mi hermano José Luis y un servidor.
Tiene razón mi esposa María cuando me comentaba ayer por la mañana mientras cocinaba los sabrosos ingredientes que os mostraré – todo llega-, que en el interior de la fiambrera se iban mezclando aromas y sabores en el intervalo de tiempo que transcurría desde la preparación de la apetitosa comida hasta la posterior apertura de esta sencilla «cacerola, ordinariamente cilíndrica y con tapa bien ajustada» entre los pinares, robles o castaños de mi querida tierra gallega.
Este año ha sido especialmente doloroso en cuanto a incendios forestales en nuestro país -muchos de ellos provocados por gentes sin corazón- y qué razón tiene Ángeles cuando me comentaba que ojalá las familias españolas siguieran utilizando las fiambreras para disfrutar de la comida en plena naturaleza sin necesidad de utilizar ningún tipo de fuego (barbacoa); cuantos incendios se evitarían si realizásemos estas buenas, sencillas y saludables prácticas.
Sé que muchos de vosotros recordaréis con cariño a esta sencilla fiambrera y lo único que pretendo con estas palabras es rendir una vez más un merecido homenaje a nuestros padres, especialmente a nuestras madres por haber contribuido a hacernos felices en muchas ocasiones con el cariño y esmero que han aportado siempre entre fogones para cocinarnos sabrosas viandas que introducirían posteriormente en tan sencillo, útil y emblemático medio de transporte.
En el plato azul que observáis en la fotografía inferior he comido en el día de ayer los ingredientes que verán vuestras mercedes a continuación, sabrosas viandas de nuestra querida cocina tradicional que son muy apreciadas por las buenas y sabias gentes de nuestro querido país.
¿ Qué nos mostrará Juan Carlos en el interior de la generosa y útil fiambrera ?.
María cocinó todos los ingredientes y no podía faltar en la parte inferior; ¡cómo no!, la deliciosa y jugosa tortilla de patatas. Sólo éramos tres en casa para comer pero en esta fiambrera caben dos o tres buenas tortillas; ¡qué rica!.
Cuando yo iba a la plaza con mi madre (Laura) ella siempre le pedía al carnicero buenos filetes de croca;- córtelos usted gruesos por favor, le decía siempre-, y es que no hay nada como unos buenos filetes de croca de ternera gallega poco hechos -¿verdad Pablo?- y rebozados en harina y huevos caseros sobre la tortilla de patatas y cebolla….bueno….sin cebolla también,ja,ja,…
Estoy seguro de que os apetece venir conmigo a la playa, ja,ja,ja
No podían faltar como tercer ingrediente básico de los aromas que retendría en su interior cual lámpara mágica, nuestra querida fiambrera, unos deliciosos Pimientos de Padrón – » uns pican e outros non » que afortunadamente en esta ocasión, no picaron ni tan siquiera uno solo.
No son necesarias amplias mesas generosas repletas de suculentas viandas para ser felices, en lo sencillo, tradicional y auténtico residen muchos de los momentos felices de nuestra vida a lo largo del camino así que si me lo permitís queridos amigos y compañeros de fogones, yo os recomendaría a los que aún continuéis conservando las fiambreras de aquellos años felices que os animéis a compartirlas con los ingredientes que más os gusten, entre ellos la ensaladilla claro está, pero sin olvidar nunca los tres ingredientes básicos anteriormente mencionados.
No es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita, estoy seguro que al leer esta conocida frase popular más de uno se reirá de mí en el ámbito docente, especialmente en estos difíciles tiempos para el presente y el futuro de nuestro estado de bienestar.
Procurad ser felices queridos amigos; ¡carpe diem con o sin fiambreras!.
Todo cierto, y que sepas que en casa de mi abuela aún se usaban hasta que ella falleciò hace unos años. Esas fiambreras iban con nosotros a la playa, al campo, de excursión, de fiesta….vamos que eran el no va más. Las utilizaba incluso para hacer flanes en formato familiar, con eso te lo digo todo jajajaja.
Una bonita entrada, si señor. Te felicito por ella.
Biquiños.
Que magnifico recuerdo…..que bien comíamos ,me da alegría recordarlo incluido el 600
Gracias. y Bss
Muchas gracias por hacernos volver a unos tiempos de recuerdos imborrables.
La cabida de aquella fiambrera de mi madre era infinita.Si aún la guardará…
Un beso.
Madre mía que gran post!!!, esa fiambrera no la tenemos pero sé perfectamente cuál es, mítica, fantástica, útil y resistente… Déjame compartirlo….
Gracias por recordárnoslo.
Un saludo.
Que recuerdos, dias de playa interminables con la fiambrera bien llena de filetes empanados y tortilla.
Fantástica la entrada.
Besitosssss
Que razón tienes !!! estas fiambreras eran fantasticas,si cierro los ojos las veo en un mantel en el suelo cuando mi madre los domingos nos llevaba al «lago de castiñeiras» que bien nos lo pasabamos….Besos
¡¡¡ Muchos, muchos, muchos recuerdos!!!
Doy fe que lo que dices es verdad y me viene el recuerdo de observar con nuestro padre, por la ventana de 3º de J.C. Mosquera, un cielo encapotado y preguntarle…¿Vamos a la playa?. Despues de 15 ó 20 minutos en tensión, llegaba la respuesta: » Venga, a preparar las cosas «… entre ellas, la parte de cocina que le correspondía a mamá.
No sigo, que podria escribir un libro…
Me ha gustado mucho ver «La fiambrera».
¡¡¡¡Un abrazo!!!
Madre mía, de lo más vintage que diríamos ahora, ¿no?
Me encanta, y lo que lleva dentro también. Qué pimientitos de padrón tan tan ricos!
Quería simplemente felicitarte por tan bonitos recuerdos, pero al leer la coletilla final me has hecho pensar ¿trabajas en la Universidad? corren malos tiempo para el PDI en alguna Universidad de la Comunidad de Madrid, sin duda.
Me has traído recuerdos de la infancia con estas fiambreras y las recetas que hicieron,eran tan típico los filetes y la tortilla los días de playa, salir del agua y buscarla desordenando la bolsa que nuestra madre había preparado buscando la comida;te felicito por esta entrada, un beso
Ayyy, qué recuerdos!!! Aún hay una en casa de mis abuelos!!! Qué nostalgia…Esas comidas en la playa: tortilla, filetes, algunas veces mi abuela nos metía patatas fritas…Qué bien sabía la comida!!!
Un abrazo
Qué recuerdos más bonitos me han venido a la mente Juan Carlos!! Pero si es igualita a la fiambrera que usaba mi madre para llevar la comida cuando íbamos a la playa. Y curiosamente la llenada de los mismos ingredientes que has utilizado tú. Mi comida favorita del verano: tortilla, filetes empanados y pimientos de Padrón, ¿qué más se puede pedir?.
Ahora somos todos más de chiringuito, o de ir con el bocadillo para más comodidad. Pero a mí jamás se me borrarán de la memoria los sabores que esos veranos de la infancia me provocaban…
Bikos!!
no hay concepto sin afecto….¡no me ha podido gustar más!!
Y que concepto el de la fiambrera, concretamente esta «de época», y de su contenido, que siempre o casi siempre era el mismo.
Me encantó tu post!!
Un beso desde las Rías Bajas.
Juan Carlos, qué buenos recuerdos. En mi casa también teníamos esa fiambrera, me da pena que con tantas mudanzas se haya perdido. Yo sigo llevando a la playa la tortilla de patatas y los filetes, y a mis niños les encanta pasar todo el día en la playa y comer en el pinar. Además, solemos ir en familia con mis padres, mi hermana, mis sobrinos… Tienes razón, es importante disfrutar de estos pequeños placeres que la vida nos ofrece. Un saludo.
Magnífica entrada, te falta apuntar las peleas por el color del plato, que de eso también había…
Creo que mi madre aún la tiene por casa. Está y una especie de terno con grifo dónde nos llevaba agua fresca.
Un placer ir así a la playa.
Un biquiño
Que entrada más bonita, claro que me acuerdo de ella. Mi madre tenía una y, por su afición a no tirar nada, seguro que está enterrada en algún armario. Ahora recuerdo cada vez que íbamos de excursión y yo esperaba mi tortilla, como el resto de los niños y mi madre sacaba el «arroz amarillo». Ella, que es especial para todo.
Ay! Lo que me ha gustado leer esta entrada, yo no tengo una fiambrera tan práctica, pero lo que sí es seguro es que si voy al monte me llevo la comida hecha. Qué desgracia tan grande que hayan personas como tu dices, sin corazón, que quemen lo poco que hay. Por unos pocos terminaran cerrando el acceso a los montes. Justos por pecadores. Un abrazo
mi marido tiene una parecida para llevarse la comida al trabajo¡¡¡¡¡
Que bueno. Yo todavía la tengo en mi casa, igualita a la de la foto. Me la dio mi madre porque me encanta. Recuerdo que en la parte de arriba mi madre llevaba la tortilla y la parte honda llevaba el pollo empanado. Que pena que ya no las fabriquen porque son una pasada. Y además de esta fiambrera también me dio la nevera, no se si te acuerdas de ella, era grande robusta y de dos colores. Si es que soy muy reto 🙂
Un besín.
La recuerdo, la de sabores que se podían compartir. Y cuantos recuerdos.
Bicos.
Un todo terreno esta fiambrera, bien de caña aguantaba, tanto iba a la playa como al campo, en familia o cuando íbamos de excursión con el colegio, ainsss, que recuerdos y el contenido, sin palabras, mi menú preferido para un día perfecto!!
Dentro de poco buscaremos la palabra bienestar en el diccionario para recordar lo que era!!
Besotess
Todo, todo lo que llevabas en la fiambrera lo ponia mi madre en una igual y aparte una lata de Foie grass Apis para la merienda.
Me has llevado de nuevo con mis padres, nos llevaban a la playa desde mi pueblo a saber 128 Km hasta Sevilla y despues otros tantos a la playa de Valdelagrana o Rota en Cadiz y en el 600 4 personas, no se como lo hacia ibamos y veniamos en el mismo día, la verdad es que no recuerdo esos viajes tan largos, supongo que vendria roncando con mi hermana en la parte de atras, pero si recuerdo que paraban en la cuneta y nos comiamos lo que habia sobrado y la latita de Apis con pan antes de llegar al pueblo reventados pero felices.
Me has llevado otra vez a los brazos de mi madre poniendo la mesa y la fiambrera y a mi padre la sombrilla y las toallas para cuando salieramos del agua. Gracias Juan Carlos, un homenaje es poco para lo que se merecen. besos
hola Juan.No conteste antes porque no tenia ordenador.Me da mucha añoranza ver las fotos y como me gustaria volver a ser una niña y estar todos juntos.Son fotos muy bonitas y dan ganas de estar en el campo o en la playa o en ese lugar.NO ME PIERDAS LA FIAMBRERA,je,je le tengo mucho cariño ya lo sabes.Un besazo
Soy Yoli otra vez.He leido un comentario y he vuelto a la niñez y es cuando habia pelea por el color del plato,o cuando papa paraba el coche en cualquier rincon bonito y cenabamos .Que recuerdos tan bonitos y entrañables.Eres un cielo por despertar todos esos buenos recuerdos.Nos vemos pronto,te llamo,un beso
Soy Yoli,tiene razon Jose Luis en su comentario cuando dice de ir o no a la playa,esos momentos de tension.Tiene razon que se podia escribir un libro con todo lo vivido.
!!!Viva la fiambrera Magefesa !!!que tantas comidas buenas ha transportado, tortilla de patatas,pollo frito, carne con tomate y los platos de arriba hacian su papel , ya te digo, ahi comiamos y si estabamos menos comensales que platos,,,allí se colocaban los alimentos.
Besitos
Se me olvidaba, yo no la disfrutaba en la playa …pero si en Sierra Morena, la sierra mas bonita del munod entero, entre olivares.
Besitos
Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios. Me alegro de que esta sencilla entrada haya despertado en muchos de vosotros gratos recuerdos que siempre son bienvenidos.
Yoli, mañana te devolveré tu fiambrera que hemos compartido en familia durante estos días.
Gracias por compartir vuestros gratos recuerdos, añoranzas y sentimientos.
Os deseo un feliz fin de semana amigos.
Así que tu madre es también una Laura, ehhhhhhh jejejejejejejeje Qué buenas que somos las Laura, verdad? jejejejej
Sabes que mi madre tenía una fiambrera parecida? Era una maravilla. Y todavía la conservas! Jo… qué bueno! Así da gusto comer todas esas cosas ricas.
Besitosssssss
sin palabras!!!
Hola Juan Carlos , despues de unas largas vacaciones nuevamente visitando tu cocina para ver esas recetas estupendas que haces …que bueno tengo una fiambrera igual ya era de mis padres …es incombustible …esperando con ansia tu receta ..besos
Hola guapo:
Menos mal que llego la última y nadie leerá mi comentario (espero), jajaja
Yo nunca he sido de fiambrera. Odiaba esos domingos que había que ir a la playa y a comer al prao, ¡en el prao no estaban mis amigas!! jajajaja
¿Será que he sido siempre rebelde y al revés?
Me gusta más la idea de los hijuelos con dulce de higos en esa terracita, seguro que había más ambiente, jajaja
Como ves, poco a poco, vuelvo por estos mundos. Son muchos blogs que visitar y mucho que leer pero igual en un año o dos me pongo al día 🙂
Besos, amigo.
Me encanta tu blog, por ello le he dado mi voto en los premios Bitacoras.com
Saludos
Que gratos recuerdo Juan Carlos, la fiambrera, con la que comí muchas tardes de trabajo en el campo con mi padre de niño y con la que mas tarde en mi trabajo de maquinista ferroviario lleve la comida para comer en la locomotora del mercancías. Aun la recuerdo como resistente y magnifica ya que la podíamos calentar colocando la encima de las resistencia del reostatico de la maquina.
un saludo y gracias.
Que recuerdos….. se me han saltado las lágrimas. Excursiones sencillas, donde lo importante era disfrutar de la naturaleza y la compañía. Estupenda entrada.