A mojar; ¿ un poquito de chocolate tal vez ?..…..

Está haciendo bastante frío, así que os ofrezco un sabroso café y unas riquísimas rosquillas fritas, lo único que os pido, es que me ayudéis a preparar la masa; es una broma, María ha tenido el detalle de prepararlas para vosotros.

Ingredientes:

2 huevos caseros.
8 cucharadas soperas de aceite.
8 cucharadas de Anís la Asturiana o Anís del Mono.
7 cucharadas soperas de azúcar.
1/2 sobrecito de levadura Royal.
Aceite de girasol.
Harina tamizada (la suficiente).
La corteza de un limón.
Azúcar glas.

Preparación:

1.- Freímos en abundante aceite, la corteza fina de un limón a fuego moderado, durante un par de minutos y dejamos templar el aceite.

2.- En un bol, mezclamos los todos ingredientes excepto la harina y la levadura, y batimos bien durante unos minutos.

3.- Mezclamos la harina con la levadura, la vamos tamizando e incorporando poco a poco sobre nuestros ingredientes, y vamos removiendo progresivamente hasta obtener una masa homogénea que no se adhiera a nuestros dedos.

4.- Hacemos pequeñas bolitas de la masa, las atravesamos con un dedo y agrandamos un poco el agujero dándole forma de rosquillas.

5.- En una sartén, calentamos una vez más el aceite a fuego moderado– 6 ó 7 en vitrocerámica– y comenzamos a freír las rosquillas procurando que el aceite no esté excesivamente caliente. En mi caso, las he ido observando según las iba friendo y por supuesto–nadie me lo impedía–iba probando el sabroso resultado. El color es una buena referencia, así que ya sabéis, a probar cada uno de vosotros la experiencia, dado que no hay otra forma posible de obtener buenos resultados.

6.- Según vamos friendo las rosquillas, las situamos sobre papel absorbente, y transcurridos unos minutos, espolvoreamos azúcar glas sobre ellas a nuestro gusto.

Las rosquillas fritas se pueden conservar muy bien en una lata con cierre hermético, pero en nuestro caso, estaban tan ricas que no les dimos una segunda oportunidad.

Carpe diem amigos, sed felices y hasta la próxima.