Mi esposa María me ha comentado en muchas ocasiones los felices días que disfrutaban cuando eran niños pescando en el río en el término municipal de A Pontenova. Mi querido suegro Julio y su hermano Luciano iban acompañados con sus familias y en muchas ocasiones, con sus mejores amigos que eran también excelentes pescadores a pescar truchas y salmones en el río Eo.
Es fácil comprender la gran afición que han adquirido hacia la pesca de río mis cuñados Francisco, Julio y su primo Josecho a quienes animo todos los años a que vuelvan a repetir la gran fazaña de pescar aquellos dos hermosos salmones que tuvimos la oportunidad de cocinar y degustar en familia.
En aquellos años, la población de truchas y salmones en los ríos gallegos era abundante y generosa en capturas. Aún recuerdo aquellos días cuando Julio regresaba de pesca con una generosa cantidad de truchas que cocinaba estupendamente Ángeles friéndolas con jamón en el generoso y sabroso aceite de oliva.

He tenido la fortuna hace unos días de que unos generosos amigos pescadores me regalaran estas hermosas truchas de río que podéis observar en la fotografía superior. Lo mejor de todo es que ya estaban preparadas con sus sabrosos trocitos de tocino casero y un poquito de pimentón de La Vera espolvoreado en el interior de su vientre.
Disfrutar de la vida día a día con salud entre familiares y amigos mientras compartimos y disfrutamos el camino con viandas tan sabrosas y singulares como las que están observando en estos momentos vuestras mercedes.
Debemos ser conscientes y reflexionar sobre la vital importancia que tiene en nuestras vidas el respeto y la conservación del medioambiente, la conservación de nuestros hermosos bosques y ríos porque de esta forma nuestros hijos, los más jóvenes podrán disfrutar también de la belleza del entorno de nuestro país y de los sabrosos y variados manjares que nos ofrece en todo momento y lugar la generosa naturaleza.
 Observad sus bonitos y variados colores
Es la primera vez que he cocinado las truchas de río y gracias a los consejos y recomendaciones de Ángeles y los buenos amigos y excelentes pescadores de río, puedo compartir con vosotros el contenido de esta sencilla receta de truchas fritas en aceite de oliva virgen extra y un poquito de unto rancio.
Ingredientes:
Truchas de río.
Tiras pequeñas de tocino casero.
Pimentón agridulce de La Vera.
Sal.
Aceite de oliva virgen extra.
Unto rancio.
Preparación:
1º.- Las truchas de río son un pescado muy delicado y he tenido la fortuna de que mis amigos me las regalasen limpias y preparadas para freír. Salamos las truchas, introducimos en su vientre una tira pequeña de tocino casero y espolvoreamos un poquito -poquito;¿eh?-de pimentón agridulce de La vera en su interior.
2º.- Añadimos al aceite un trocito de unto rancio que les aportará a las truchas un sabor especial que a mí personalmente me ha encantado.
3º.- Calentamos muy bien el aceite de oliva virgen extra-8 ó 9 en vitro- y le añadimos el trocito de unto para que se funda uniformemente en el aceite.
4º.- El aceite de oliva ya está calentándose y todo estará listo en pocos minutos para freír las truchas por pequeños grupos de 2 ó 3 con la finalidad de que la temperatura del aceite no descienda bruscamente.
5º.- A mí personalmente me encantan con la piel bastante crujiente y estaban para chuparse los dedos maridadas con un sabroso y afrutado Godello como así hicimos y compartimos.
«La tradicional cocina regional española registra peculiares procedimientos para su preparación. En Asturias se maceran con sal, se enharinan y se fríen con tocino rancio derretido. En Sanabria, provincia de Zamora, son puestas en cazuelas con aceite, vinagre, agua, perejil, ajo y pimentón dejándolas macerar. En el Bierzo, provincia de León, son rellenadas las truchas con trozos de manteca de cerdo y son asadas al aire libre sobre un fuego de leña. En Galicia se escabechan con aceite, vinagre, laurel, ajo y sal. En Navarra se les introduce una loncha o un rollito de jamón.
 
De todas las modalidades ésta, llamada «a la Navarra», o la trucha con almendras son las más ofrecidas en los restaurantes «



Fuente consultada: Tenor literal fragmento (página 99) del libro denominado «La gastronomía en verso»  de mi querido y apreciado amigo Enrique Mapelli López.


Las Truchas

Se va a un torrente
donde haya truchas
con una chica
morena o rubia.
Ella en el bosque
se queda oculta
en  lo más denso
de la espesura.
Allí hace un hoyo
y al borde agrupa
las hojas secas
que al paso crujan.
El hombre en tanto
se va en ayunas
y, a poco, vuelve
con una trucha.
–“¿Pescada?, !cómo!”
!Necia pregunta!
!Jamás las pescan
bragas enjutas!
Robada a un choto
la leche pura,
cuando la madre
tranquila rumia,
manteca fresca
se obtiene en una
orza de barro
llevada adjunta.
Aunque un ataque
de nervios sufra
la compañera
morena o rubia,
con la hoja grande
de un cortaplumas
la trucha hermosa
se despanzurra.
¡Tripas y agallas,
fuera por sucias!…
¡pero si hay huevas
no se perturban!
Limpio el pescado
de cola a nuca,
con sal en polvo
se le satura.
Con la manteca
nombrada supra
por mucho tiempo
se le enbadurna.
De papel fuerte,
como envoltura,
un cucurucho
se hace a la trucha,
y amontillado
de non plus ultra
se vierte a chorros
por la abertura.
Todo se encierra,
como en las tumbas,
en aquel hoyo
de la espesura.
Las hojas secas
el hombre agrupa.
Préndeles  fuego,
el viento azuza,
yedras y trébol
tomillo y juncias
de luz y aroma
el bosque inundan.
¡Pronto cenizas
tan sólo ocultan
del pobre bicho
la sepultura!
La tierra escarban
entrambos a una
y un bulto negro
la luz alumbra.
Abren el bulto
con ansias sumas
y ¡oh gran prodigio!
vése  la trucha,
sin dura escama
sin  piel ruda,
salir hirviente
de la envoltura.
Ruido de besos
después  se escucha
y carcajadas
en  la espesura.
Y cuando salen
de la penumbra
y un sol de fuego
tuesta  y chamusca,
dice la chica
morena o rubia
¿cuándo  volvemos
a guisar truchas?
R. Rodríguez Correa.
Entre amores, viandas y pasiones pueden estar presentes las truchas y salmones. En la «Nota» (fragmento página 98) del mencionado texto,  Enrique Mapelli nos comenta:
» El poeta aficionado con buena gracia, nos describe un elemental guiso de truchas. Lo que ya no es elemental es poderse ir a una regata con una morena o una rubia – las morenas o rubias sigue habiéndolas – pescar una trucha y allí a la vera, con ruido de besos, comerse al pescado. Hoy hay que tener licencia y si se pesca la trucha no es permitido encender fuego y encima la trucha es posible que proceda de especies repobladas «.

Ver también la receta denominada «Truchas de Albarracín«. 


Muchas gracias, Ángeles y Garabullo por vuestros consejos y recomendaciones para cocinar estas exquisitas truchas de río, muchas gracias por compartir.

Queridos amigos, os dejo en compañía de la alegre música de mis queridos amigos Félix y Toño de Candeal.