Después de un excelente desayuno en casa de María en Saint Pol de León, preparé mi bicicleta de montaña el pasado mes de agosto y me fui en busca de las apreciadas alcachofas bretonas.
Es una verdadero placer seguir el Camino de Santiago perfectamente delimitado y observar la belleza de Bretaña en toda su extensión.
Este bonito camino me recordaba múltiples lugares de belleza singular que hay en mi tierra (Galicia), pero es que a fin de cuentas, Bretaña y Galicia están hermanadas por múltiples circunstancias naturales e históricas.
Continúo mi viaje hacia las plantaciones de alcachofas, pero necesariamente tengo que detenerme a observar lugares tan bellos como el que podéis apreciar en esta fotografía.
Podría resaltar muchas buenas cualidades de los franceses de esta parte de Francia (Bretaña) pero comenzaré por mencionar en primer lugar, su civismo y en segundo lugar, el respeto que tienen al medio ambiente en general y a un desarrollo sostenible envidiable, citando como paradigma, a un urbanismo envidiable que desearíamos todos los gallegos para la gran mayoría de los ayuntamientos de nuestra Comunidad Autónoma (Galicia).
Los agricultores franceses gozan de mayores medios materiales (tecnología) y protección social que los agricultores españoles por parte de las Administraciones Públicas y deseo solidarizarme desde este sencillo espacio en la RED, de una manera muy especial con la gente del campo de mi tierra, con mis paisanos, con los trabajadores del campo en Galicia y por extensión con todas las familias españolas cuyas economías dependen del duro e ingrato trabajo de la tierra en muchas circunstancias.
Por primera vez en mi vida, pude apreciar esta variedad de alcachofas en el mercado de Morlaix en Francia y os confieso que nunca había visto unas alcachofas de este tamaño.
Alcachofas en el mercado de Morlaix
Paseando en bicicleta y por fin ante mis ojos, no pude resistir la tentación de fotografiar con la cámara de mi teléfono móvil, las alcachofas en las plantaciones de origen de este cultivo de hortalizas en Saint Pol de León (Francia).
«La variedad camus de Bretaña, es la más grande de entre las alcachofas ( con dos o tres se alcanza el kilo ). El capítulo de color verde tiende a formarse redondeado. Se consume hervida o al vapor con una vinagreta. Los corazones de la alcachofa pueden ser preparados en conserva.»
Es un verdadero placer observar la belleza natural de las plantaciones de alcachofa en Bretaña.
Si en alguna ocasión, tenéis la oportunidad de visitar las plantaciones de esta llamativa variedad de alcachofas en la población de Saint Pol de León, estas imágenes quedarán grabadas en vuestra memoria para siempre.

Me gustaría finalizar esta entrada en el blog con un poema que Pablo Neruda dedicó a esta singular hortaliza.

Oda a la alcachofa

 

La alcachofa
de tierno corazón
se vistió de guerrero,
erecta, construyó
una pequeña cúpula,
se mantuvo
impermeable
bajo
sus escamas,
a su lado
los vegetales locos
se encresparon,
se hicieron
zarcillos, espadañas,
bulbos conmovedores,
en el subsuelo
durmió la zanahoria
de bigotes rojos,
la viña
resecó los sarmientos
por donde sube el vino,
la col
se dedicó
a probarse faldas,
el orégano
a perfumar el mundo,
y la dulce
alcachofa
allí en el huerto,
vestida de guerrero,
bruñida
como una granada,
orgullosa,
y un día
una con otra
en grandes cestos
de mimbre, caminó
por el mercado
a realizar su sueño:
la milicia.
En hileras
nunca fue tan marcial
como en la feria,
los hombres
entre las legumbres
con sus camisas blancas
eran
mariscales
de las alcachofas,
las filas apretadas,
las voces de comando,
y la detonación
de una caja que cae,
pero
entonces
viene
María
con su cesto,
escoge
una alcachofa,
no le teme,
la examina, la observa
contra la luz como si fuera un huevo,
la compra,
la confunde
en su bolsa
con un par de zapatos,
con un repollo y una
botella
de vinagre
hasta
que entrando a la cocina
la sumerge en la olla.
Así termina
en paz
esta carrera
del vegetal armado
que se llama alcachofa,
luego
escama por escama
desvestimos
la delicia
y comemos
la pacífica pasta
de su corazón verde.

 Os deseo un feliz fin de semana amigos.

Esta entrada en el blog se la dedico con cariño a la familia Mathieu y a mi compañera de Universidad Cruz Mañas quien en su día aportó este hermoso poema de Pablo Neruda en el foro de Gastronomía de la UOC.
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